Avances tecnológicos como la telemedicina y la inteligencia artificial (IA) se aplican cada vez más en la práctica médica. Pero hay una tecnología computacional emergente que podría suponer un salto de gran magnitud en la atención de los pacientes: se trata de la computación cuántica (CC).
Bajo esta premisa, un
reportaje realizado por Medscape profundiza en las peculiaridades de esta nueva tecnología, así como en las posibilidades que la CC podría ofrecer en un futuro no muy lejano, tanto en desarrollo de fármacos como en la práctica clínica.
Según explica la responsable de investigación informática de la Cleveland Clinic, Lara Jehi, la CC se aproxima más a cómo funciona el mundo natural, puesto que se basa en la estructura atómica, la unidad fundamental de todas las cosas en la naturaleza.
Gracias a las propiedades de la física cuántica, los ordenadores cuánticos, pueden encontrar múltiples soluciones a un mismo problema y todas a la vez, pero también identificar la que resulte óptima, tal y como detalla Tony Uttley, COO de Quantinuum.
Los ordenadores cuánticos podrían acelerar el descubrimiento y desarrollo de fármacos
El reportaje desgrana algunas de las posibles aplicaciones de la CC en medicina, como por ejemplo la aceleración en el descubrimiento y desarrollo de fármacos. Los ordenadores cuánticos permitirán conocer con precisión la estructura molecular de un compuesto químico, y analizar como interacciona con el cuerpo humano sin necesidad de sintetizarlo previamente.
También puede abrir nuevas vías para el diagnóstico y evaluación precisa de distintas enfermedades, como en la detección del cáncer o el seguimiento de patologías crónicas. Para profundizar en las múltiples posibilidades que la CC puede ofrecer, la Cleveland Clínic se ha asociado con IBM, una de las empresas líderes en dicha tecnología. Fruto de este acuerdo, en octubre
se anunciaba la instalación de un ordenador cuántico en el campus principal del centro médico.
A pesar de encontrarse en sus etapas iniciales, el reportaje recoge que la CC ya se está usando como método para elaborar las mejores claves de encriptado disponibles. Aplicado en centros médicos, esto permite garantizar que los datos de los pacientes se almacenan con la mejor seguridad posible.
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