Con la introducción de nuevas terapias, el porcentaje de pacientes con mieloma múltiple (MM) que alcanzan respuesta completa (CR) tras el tratamiento de primera línea puede llegar a ser del 50% y el pronóstico de los pacientes con MM ha cambiado radicalmente, con una mediana de supervivencia global superior a los 10 años en pacientes jóvenes candidatos a trasplante. Sin embargo, la presencia de células residuales del tumor en la médula ósea (MO) de pacientes que alcanzan CR acaba provocando la recaída de prácticamente todos ellos.
Para detectar la enfermedad mínima residual (EMR) se han desarrollado técnicas con gran sensibilidad, y dicho parámetro se usa cada vez más en los ensayos clínicos como criterio de evaluación de resultados, e incluso para orientar elecciones terapéuticas. Sin embargo, su traslación a la práctica clínica habitual no está todavía al alcance, según una revisión reciente a cargo de especialistas italianos.
Publicado en The Cancer Journal, un trabajo a cargo de investigadores italianos revisa la evidencia disponible sobre el uso de la EMR en el manejo de los pacientes con MM, al tiempo que aborda algunas de las cuestiones que quedan por resolver para que esto sea factible en la práctica clínica habitual.
Entre estas cuestiones pendientes se encuentra definir la estrategia óptima y más factible para evaluar la EMR. En este sentido, la citometría de flujo de nueva generación (NGF) y la secuenciación de nueva generación (NGS) ofrecen una alta sensibilidad en la MO, mientras que la PET/TC ofrece información complementaria fuera de la MO. Sin embargo, los autores apuntan que técnicas como la espectrometría de masas, que puede detectar proteína M en sangre periférica, ofrecen una aproximación prometedora menos invasiva que NGF y NGS.
Otra de las cuestiones implica determinar el momento óptimo para evaluar la EMR y su papel en la orientación del tratamiento. Según el artículo, la terapia dirigida por EMR todavía está en fase de exploración, y todavía no existe un consenso sobre el marco temporal de EMR negativa “sostenida” a partir del cual se podría reducir o interrumpir el tratamiento de forma segura.
No existe un consenso sobre el marco temporal de EMR negativa “sostenida” a partir del cual se podría reducir o interrumpir el tratamiento de forma segura
Los autores consideran que todos estos aspectos deben abordarse en ensayos clínicos diseñados específicamente para ello, y por ese motivo afirman que se necesitarán unos cuantos años más antes de hacer realidad la medicina personalizada en base a la EMR en práctica clínica habitual para los pacientes con MM.
Referencia
OAD-ES-AMG-0001