Los wearables son un tipo de dispositivo electrónico que se incorpora en alguna parte del cuerpo (smartwatch, camisetas inteligentes…) para interactuar de forma continua con el usuario. Realizan un seguimiento exhaustivo de las constantes vitales de la persona que lo porta, como la frecuencia cardíaca o el nivel de oxígeno en sangre. Esta tecnología, que ha avanzado de manera exponencial desde 2010, se ha convertido en una gran aliada para el sector sanitario, que puede llevar un mejor control de sus pacientes, tanto en la gestión de las enfermedades como en la adherencia a los tratamientos.
Smartwatch en el sector sanitario
El sector médico ha integrado en sus prácticas el uso de tecnologías para complementar y optimizar sus diagnósticos. Un ejemplo de ello son los wearables, dispositivos que permiten recolectar información en tiempo real sobre el día a día de los pacientes. Este avance ha conseguido mejorar la relación de las personas con su salud, además de ofrecer unos datos a los profesionales sanitarios mucho más precisos de los que puede llegar a verbalizar un paciente. Este seguimiento permite detectar cualquier tipo de cambio que sufra una persona, dando pie a un tipo de medicina mucho más predictiva en vez de reactiva.
Covid-19 y relojes inteligentes
Un ámbito médico para el cual está siendo muy útil la implementación de relojes inteligentes es el covid-19. Según un estudio reportado por The New York Times, se ha descubierto que los sensores incluidos en wearables pueden ser relevantes para registrar el impacto que el coronavirus tiene en el cuerpo humano. Los efectos de esta enfermedad pueden persistir durante varios meses después de haber expulsado el virus, por lo que el uso de wearables ayuda a comprender cómo afecta a nuestro cuerpo a largo plazo.
El grupo de científicos del Scripps Research Translational Institute en California realizó el estudio sobre unos 37.000 voluntarios, rastreando sus constantes vitales y datos relacionados para detectar movimientos y cambios. Se registraron datos durante prácticamente un año a través de relojes inteligentes como el Apple Watch y los Fitbit, y vertieron todos los datos en la aplicación MyDataHelps.
Tras analizar los datos, se encontraron patrones interesantes sobre la manera en que afecta el covid-19 a la frecuencia cardíaca. Concretamente, los voluntarios que estaban contagiados de covid sufrieron una bajada cardíaca al noveno día desde que mostraron síntomas, fenómeno que no ocurrió en el grupo de control (personas con otras enfermedades, sin SARS-CoV-2). Después de esta caída, las frecuencias cardíacas de los afectados se dispararon y mantuvieron elevadas durante meses. No empezaron a normalizarse hasta que pasaron, de media, 79 días. De esta manera, se concluyó que los pacientes sintieron los efectos del virus hasta muchos meses después de haberlo superado.
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Aceptar y salir
