Tanto la OMS como la Federación Mundial de Neurología consideran que el acceso de los pacientes con enfermedades neurológicas al sistema sanitario es inadecuado y desigual a nivel global. Y todo ello a pesar de que las enfermedades neurológicas son una de las principales causas de mortalidad y de discapacidad, posiblemente por el envejecimiento de la población y por el auge de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
La irrupción de la pandemia de COVID-19 ha acelerado la implantación de la telemedicina, una herramienta que puede ayudar a cubrir las citadas brechas en la atención de los pacientes de neurología. En este sentido, expertos del Grupo de Trabajo en Telemedicina y Neurología de la Sociedad Española de Neurología (SEN) han publicado el
manual Telemedicina en Neurología con objeto de ser de utilidad para clínicos.
A través de diversos capítulos, el trabajo describe las distintas aplicaciones de la telemedicina en la consulta de neurología, sus ventajas y limitaciones, el marco legal aplicable y su utilidad más allá de la atención a los pacientes, como en el caso de la formación.
El manual ofrece orientación para la implementación de una consulta de telemedicina en neurología
Uno de los aspectos más relevantes del manual es que ofrece una serie de recomendaciones para el establecimiento eficaz y seguro de una consulta de telemedicina en neurología. En este caso, se destaca la importancia tanto de los aspectos técnicos como de los prácticos.
Por ejemplo, los autores consideran importante proporcionar instrucciones previas al paciente y/o cuidador sobre aspectos como la localización, la iluminación y la privacidad para llevar a cabo la teleconsulta, así como sobre los objetivos de la visita virtual. Además, ofrecen recomendaciones para llevar a cabo una exploración neurológica a distancia que, a pesar de las limitaciones, puede resultar detallada si se realiza de forma sistematizada, al igual que una visita presencial.
El trabajo considera que las ventajas de esta modalidad es que permite una mayor accesibilidad y continuidad asistencial, así como un menor tiempo de espera y una reducción de los desplazamientos a centros sanitarios. Además, en procesos urgentes como el ictus, y en especial en lugares aislados, la telemedicina ha mostrado que pueden acelerar el inicio del tratamiento y mejorar el pronóstico de los pacientes.
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Aceptar y salir
