El pasado junio, representantes de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio) y del Ministerio de Sanidad celebraron una reunión sobre la aplicación de la inteligencia artificial (IA) en los espacios de datos sanitarios. Fruto de dicho encuentro, recientemente se ha publicado el
documento de conclusiones de la sesión bajo el título
Aplicación de la IA en los espacios de datos sanitarios: Retos y oportunidades para España.
A cargo de representantes de la administración, profesionales sanitarios y expertos de la industria —entre ellos el director médico de Amgen España, Miquel Balcells—, el trabajo pone el acento en los beneficios que la IA podría aportar en aspectos como la mejora de la atención de los pacientes, el desarrollo de nuevos tratamientos y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.
Entre las oportunidades se destaca que España está en posición de liderar la innovación en el espacio de datos sanitario a nivel europeo, ya no solo desde el punto de vista de la prestación sanitaria sino también de la I+D. Además, el país está entre los pioneros en número de
ensayos clínicos, y en los últimos años actúa como polo de atracción de inversores internacionales en la intersección entre biomedicina, datos e IA.
La interoperabilidad de los datos y la capacitación de los profesionales son algunos de los desafíos identificados
Sin embargo, la aplicación de la IA a los
datos sanitarios no está exenta de retos. El documento destaca la necesidad de disponer de un espacio de datos interoperable, transparente y ágil que permita acceder a la información garantizando la privacidad y seguridad. También son necesarias herramientas estandarizadas para acceder a historias clínicas electrónicas (HCE) e imágenes médicas con fines de I+D.
Otro de los retos identificados es la importancia de capacitar y formar a los profesionales sobre las oportunidades que la IA ofrece para realizar ensayos clínicos en base a
datos masivos procedentes de HCE e imagen. No obstante, el trabajo señala que existe una alta heterogeneidad en la estandarización y codificación de estos datos, tanto entre centros como entre las distintas comunidades autónomas.
Además, sigue habiendo un elevado porcentaje de la información clínica que es texto libre y que, por tanto, no está estructurada. En este sentido, resulta relevante desarrollar herramientas adecuadas para su anonimización y facilitar su análisis con fines de investigación y mejora de la práctica asistencial.
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