Desde marzo de 2020, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la asistencia sanitaria de la osteoporosis (OP) y las fracturas por fragilidad (FF). Como posible solución ante la necesidad de establecer unas medidas de distanciamiento social, la telemedicina ha sido una herramienta clave tanto para profesionales como para pacientes. Sin embargo, para que esta sea efectiva y segura es necesario que sea sistemática y protocolizada.
Las ventajas de la telemedicina es uno de los aspectos que aborda el documento de recomendaciones sobre el manejo del paciente con OP y/o FF durante y después de la pandemia, que ha elaborado un equipo multidisciplinario de la Sociedad Española de Osteoporosis y Metabolismo Mineral (SEIOMM) junto con otras siete sociedades médicas (SEFRAOS, SER, SEMI, SEGG, SEMG, SEMERGEN y SEEN).
Inspirado en las recomendaciones conjuntas de la American Society for Bone and Mineral Research (ASBMR), la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), la European Calcified Tissue Society (ECTS) y la National Osteoporosis Foundation (NOF), el trabajo se ha publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral.
El trabajo ofrece recomendaciones para la administración de las vacunas frente la COVID-19 en función del tratamiento antiosteoporótico
En cuanto a la atención sanitaria, se recomienda que la primera visita sea presencial, si las circunstancias sanitarias lo permiten. En el seguimiento se puede optar por la teleasistencia en pacientes preseleccionados con antelación, y siempre debe ser sistemática y protocolizada. En el ámbito de pruebas complementarias, se recomienda una analítica previa en la primera valoración antes de iniciar tratamiento, sobre todo para fármacos por vía parenteral.
En relación con el tratamiento farmacológico, los expertos consideran que no debería retrasarse el inicio con antirresortivos u osteoanabólicos en pacientes con alto riesgo de fractura, especialmente entre aquellos que han padecido una recientemente. También recomiendan insistir en la importancia de mantener una buena adherencia al tratamiento.
El trabajo también ofrece recomendaciones para la administración de las vacunas frente a la COVID-19 en función del tratamiento antiosteporótico. En este sentido, se aconseja espaciar la inmunización entre cuatro y siete días para la administración de denosumab. Si se administran ambos en un período de tiempo inferior se recomienda utilizar el brazo contralateral o un lugar alternativo.
Referencia
Naves Díaz M, Peris Bernal P, Montoya García M-J, et al. Recomendaciones conjuntas sobre el manejo del paciente con osteoporosis y/o fracturas por fragilidad durante y después de la pandemia por COVID-19 de la SEIOMM, SEFRAOS, SER, SEMI, SEGG, SEMG, SEMERGEN y SEEN.
Rev Osteoporos Metab Miner. 2021.
[Epub previa a inclusión en un número]
OAD-ES-AMG-0001