Se ha estimado que factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol y un elevado índice de masa corporal (IMC), entre otros, serían responsables de entre el 22 y el 40% de la carga total de cáncer. Si bien la evidencia sobre la asociación entre estilo de vida (EdV) y riesgo de determinadas neoplasias es sólida, los datos sobre cómo los cambios en el EdV afectan a dicho riesgo son, en general, escasos.
Con el objetivo de ampliar este conocimiento, un equipo de investigadores recurrió a datos de la cohorte European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) para evaluar cómo los cambios en cuatro factores —tabaquismo, alcohol, IMC y actividad física— se asociaban con el riesgo de cáncer.
Estos cuatro factores se agruparon en un índice de estilo de vida saludable (HLI, por las siglas en inglés), que oscilaba entre 0 y 16 (de menos a más favorable). El trabajo, que ha contado con participación española, estimó la asociación entre los cambios de HLI y el riesgo subsiguiente de cáncer, especialmente entre aquellos más relacionados con el EdV, como el cáncer colorrectal, de pulmón y de mama, entre otros.
Incrementos de un punto en el HLI se asociaron con un 4% menos de riesgo de cánceres relacionados con el estilo de vida
Publicado en el European Journal of Epidemiology, el estudio incluyó los datos de casi 300.000 participantes de EPIC de mediana edad que rellenaron un cuestionario de EdV al inicio y al seguimiento, que duró una mediana de 7,8 años. Durante el seguimiento, se detectaron 24.245 casos de cáncer, de los que 14.933 estaban relacionados con el EdV.
En general, el aumento de un punto en el HLI durante el seguimiento se asoció con un 4% menos de riesgo de cáncer relacionado con el EdV y con un 2% menos de riesgo de cualquier tipo de neoplasia. Los participantes que evolucionaron de un HLI bajo (0-9) a alto (12-16) vieron reducido en un 25% su riesgo de cáncer relacionado con el EdV. En cambio, aquellos que pasaron de un HLI alto a uno bajo tuvieron un riesgo un 21% mayor de desarrollar tumores vinculados al EdV.
Los autores concluyen que cambios en el EdV en la adultez podrían tener un tener un efecto significativo sobre el riesgo de cáncer. También consideran importante transmitir la idea desde la clínica que incluso pequeñas mejoras en relación con hábitos más saludables, y evitar los desfavorables, puede tener efectos positivos en la reducción del riesgo.
Referencia:
Botteri E, Peveri G, Berstad P, et al. Lifestyle changes in middle age and risk of cancer: evidence from the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition.
Eur J Epidemiol. 2024;39(2):147-159.
doi:10.1007/s10654-023-01059-4
SC-ES-CP-00101