Las fracturas por fragilidad (FF) son la principal consecuencia de la osteoporosis (OP) y ocasionan cargas importantes, tanto a nivel del paciente como del sistema sanitario. Según algunas estimaciones, las FF serían la cuarta enfermedad crónica con mayor impacto en años de vida ajustados por discapacidad, por detrás de la cardiopatía isquémica, la demencia y el cáncer de pulmón.
Un estudio español ha mostrado el impacto de las FF en la vida cotidiana de mujeres con OP posmenopáusica mediante una encuesta diseñada específicamente para dicho fin. Además de variables clínicas y sociodemográficas, el cuestionario incluyó aspectos para evaluar las consecuencias de las FF en relación con las actividades de la vida diaria, el trabajo y la calidad de vida (CdV), entre otros. Los resultados del trabajo, que ha contado con el apoyo de Amgen y UCB, se han publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral.
Participaron un total de 120 mujeres de 16 comunidades autónomas, con una media de edad de 62 años. Según los autores, se trata de una población algo más joven de lo que suele observarse en la práctica clínica, pero a pesar de ello habían sufrido una media de 1,6 FF.
Más allá del impacto físico, las FF también tienen repercusiones a nivel emocional
El tipo de FF más frecuente fue la de radio distal (29,9%), seguida de las vertebrales (21,3%), de húmero proximal (7,6%) y de cadera (6,1%). El 71,7% de las participantes indicó que el dolor suponía el principal impacto de las FF, seguido de la dificultad para realizar actividades cotidianas (48,3%), los problemas de movilidad (46,7%) y la afectación emocional (41,7%).
Precisamente, los resultados revelan que los aspectos de salud mental obtuvieron los peores resultados en el cuestionario específico para valorar la CdV (QUALEFFO-31), con una puntuación de 68,3 sobre 100; por encima del dolor (56) y de la función física (39,3).
Algo más de la mitad de las encuestadas (53,3%) requirieron cuidados durante su recuperación, que en su mayoría (76,5%) fueron cuidados informales. Además, tres de cada cuatro mujeres (74,6%) que tenían trabajo cuando se produjo la FF vieron afectada su vida laboral, con casi un 70% de incapacidad temporal, y cerca de un 18% de incapacidad permanente.
En las conclusiones, los autores destacan la necesidad de optimizar el manejo de la OP posmenopáusica y la prevención secundaria de FF para tratar de reducir las repercusiones físicas y emocionales que tienen sobre las pacientes.
Referencia: Etxebarria Foronda I, Caeiro JR, Olmo Montes FJ, et al. Impacto de las fracturas por fragilidad en mujeres españolas con osteoporosis posmenopáusica. Rev Osteoporos Metab Miner. 2023;18.
doi:10.20960/RevOsteoporosMetabMiner.00018
SC-ES-AMG162-00086
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