Hiris de la Sanidad publicó a finales de mayo los resultados de la “Encuesta sobre valor y acceso a la innovación en salud”, un panel que se dedica a ofrecer una visión de la sanidad española tal y como la perciben los profesionales médicos de todas las especialidades. Este año se ha hecho hincapié en la innovación terapéutica, es decir, en estudiar la aceptación de los nuevos medicamentos, dispositivos y equipos médicos y soluciones tecnológicas aplicadas a la salud por parte de la comunidad médica.
El 87% de los profesionales sanitarios cree que los efectos positivos de la innovación terapéutica justifica el coste y la inversión
Datos del informe
La valoración global de la innovación terapéutica ha sido positiva, y ha obtenido una puntuación media de 7,60 sobre 10 por parte de los profesionales entrevistados. Los aspectos más valorados han sido:
La aportación al conocimiento y la ciencia médica (7,72).
La mejora de los resultados clínicos del paciente: supervivencia, seguridad, mejoras funcionales… (7,64).
La mejora de la calidad de vida de los pacientes (7,38).
La generación de empleo y el crecimiento de la economía (6,83).
Por otro lado, la mayoría de los profesionales sanitarios valoran positivamente los beneficios de la innovación terapéutica de los pacientes. De hecho, un 87% confiesa que la aportación de la innovación a la salud de la población ha permitido acercar las tecnologías a las personas para cambiar el curso de las enfermedades, y aunque el proceso sea costoso, las mejoras en los resultados de los pacientes justifican la inversión. El 13% restante considera que “el impacto de las nuevas tecnologías y medicamentos tiene un resultado incierto”.
A pesar de los buenos resultados obtenidos en la valoración general de la innovación terapéutica, el grado de satisfacción con el acceso a medicamentos y tecnologías innovadoras en España ha sido más reducido, con una puntuación de 6,33 sobre 10. Algunas de las barreras que han determinado los profesionales sanitarios han sido: la falta de financiación sanitaria suficiente (6,62), la falta de equidad entre territorios y entre centros del mismo territorio (6,59) o la variabilidad en la práctica médica, que genera que la prescripción esté condicionada por el médico que atiende al paciente y no solo por su necesidad (6,21).
Para combatir la problemática del acceso de los pacientes a la innovación, los profesionales sanitarios han priorizado una serie de acciones como: reducir los plazos para decidir su inclusión en la Cartera de Servicios (45,6%), la adecuación de los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) y guías farmacoterapéuticas a las recomendaciones de las Sociedades Científicas (43,3%), y la necesidad de considerar todos los costes de la enfermedad para evitar conclusiones equivocadas sobre el valor de los medicamentos y tecnologías innovadores (35,8%).
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