En España se producen anualmente alrededor de 300.000 fracturas por fragilidad (FF), cuya causa principal es la osteoporosis (OP), y se estima que la incidencia aumentará un 30% en la presente década. Los pacientes que han sufrido una FF tienen un riesgo cinco veces superior de sufrir otra en los dos años siguientes en comparación con los no fracturados. A pesar de la existencia de tratamientos preventivos, su utilización es subóptima entre la población de riesgo.
Para hacer frente a esta situación, la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) puso en marcha el proyecto Salud Ósea, cuya segunda fase ha consistido en validar y poner a punto la primera norma de acreditación de Unidades de Prevención Secundaria de Fracturas (UPSF) o Fracture Liaison Services (FLS). El objetivo no es otro que reducir el riesgo de nuevas FF y promover la mejora de la calidad asistencial.
En una primera etapa del proyecto, que ha contado con el apoyo de Amgen, han participado 17 expertos de distintas especialidades y de asociaciones de pacientes para consensuar una norma de acreditación de las unidades de prevención de FF. En una segunda etapa, se ha validado esta norma mediante una prueba en 15 FLS españolas, lo que ha permitido evaluar su viabilidad y mejorar su contenido.
La norma evalúa 45 aspectos de calidad asistencial en las UPSF, de los que 12 se consideran esenciales y 33 recomendados
La norma identifica cuatro fases en la trayectoria de los pacientes con FF atendidos en una UPSF: identificación, evaluación, prescripción y seguimiento. Cada fase consta de una serie de etapas para las cuales se han definido 11 criterios y 45 subcriterios de calidad, de los que 12 se consideran esenciales y 33 recomendados.
Los criterios considerados esenciales por la norma son la existencia de un sistema de identificación y registro del paciente, así como de un procedimiento que especifique los datos que deben recogerse en la primera visita, la evaluación de pruebas complementarias (DXA y analíticas) y el registro del tratamiento prescrito.
Entre los aspectos recomendados se encuentran que los profesionales que atienden habitualmente a pacientes conozcan el sistema de identificación, la evaluación de los resultados del tratamiento prescrito, y la de los pacientes que acuden al seguimiento y las causas del abandono, entre otros.
La SECA ha desarrollado una
herramienta en línea con toda la información y los pasos a seguir para solicitar la acreditación, que ofrece tres niveles. El básico implica el cumplimiento del 90% de los criterios esenciales y al menos el 60% de los recomendables. Para obtener el nivel avanzado se debe cumplir la totalidad de criterios esenciales y al menos el 75% de los recomendados. Y para conseguir el nivel de excelencia es necesario cumplir, además de todos los esenciales, al menos el 85% de los criterios recomendados.
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